REFLEXIONES FINALES

Bueno, pues este proyecto llega a su fin. Con esta entrada, concluyo una etapa significativa en mi trayectoria profesional y personal.

En primer lugar, la experiencia de compartir este proyecto a través del blog ha sido enriquecedora. Al principio, me costaba un poco realizar las entradas, era como hablar sola en voz alta, pero con el tiempo me he animado, sintiéndome más cómoda  y al final he disfrutado haciéndolas.

En cuanto a la intervención con el alumnado con Trastorno del Espectro Autista (TEA), ha sido una experiencia gratificante. No obstante, soy consciente de que el tiempo dedicado ha sido limitado para lograr avances significativos. Trabajar con alumnado TEA requiere de una dedicación prolongada y un esfuerzo constante  para lograr un impacto significativo en su desarrollo. Tal y como señala Martos y Llorente (2019), la intervención educativa con alumnado TEA debe ser continua, intensiva y estructurada, ya que estos elementos favorecen la adquisición de habilidades cognitivas, sociales y emocionales (p. 45).

Por otro lado, en cuanto a mi experiencia, he asumido este proyecto como un reto personal. Aunque estoy acostumbrada a trabajar con niños que presentan dificultades, no había tenido la oportunidad de intervenir en un grupo donde todos los integrantes las tuvieran. Me siento satisfecha al saber que, aunque mi contribución haya sido pequeña, he aportado un granito de arena en la inmensidad de la playa.

Sin duda, echaré de menos a estos niños y las experiencias compartidas. Seguiré en contacto con el centro e iré alguna vez de visita.

Muchas gracias por todo.

Un saludo.

Noelia

REFERENCIAS: Martos, J., Y Llorente, M. D. (2019). Estrategias de intervención educativa en alumnos con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Madrid: Editorial Síntesis.

¡Buenos días!

Hoy os cuento cómo ha sido la experiencia con la actividad número 6 del proyecto de intervención. Se trata de una actividad enfocada en la relajación y la conexión emocional a través del masaje. Este tipo de actividad es fundamental para fomentar la conciencia corporal, la autorregulación emocional y fortalecer el vínculo entre los alumnos y los profesionales.

Para ello, nos trasladamos al aula de psicomotricidad, donde creamos un ambiente de calma y tranquilidad. Bajamos la intensidad de las luces, pusimos música relajante y nos preparamos para disfrutar de este momento. Los alumnos recibieron masajes suaves en las manos,  hombros, cabeza, acompañados de una narración verbal del proceso («Te estoy dando un masaje en la mano para que te sientas tranquilo y relajado»), de forma que pudieran asociar la acción con el bienestar.

Objetivos de la actividad

• Promover la conciencia corporal y la autorregulación emocional a través del contacto físico positivo.
• Mejorar la conexión y confianza entre los alumnos y los profesionales del centro.

Recursos utilizados

• Música relajante para crear un ambiente de calma.
• Espacio amplio, cálido y tranquilo donde los niños se sintieran seguros y cómodos.

Responsables de la actividad

La actividad fue guiada por la PT, la psicopedagoga en prácticas y la logopeda del centro. Este equipo acompañó a los niños, garantizando que la experiencia fuera respetuosa y adaptada a las necesidades sensoriales de cada uno.

Resultados

¡La actividad fue todo un éxito! La mayoría de los niños disfrutó muchísimo de este momento de calma y atención individualizada. De hecho, les gustó tanto que en algunas ocasiones eran ellos mismos quienes se acercaban a las profes y se metían entre sus brazos, pidiéndoles «mimitos». Este comportamiento nos emociona, ya que muestra cómo la confianza y el vínculo con ellos se ha ido fortaleciendo a lo largo de las sesiones.

Anécdotas

• Los niños se reían a carcajadas cuando los masajes les hacían cosquillas, especialmente en las manos.
• Hubo un momento muy entrañable cuando uno de los alumnos cerró los ojos durante unos segundos, totalmente relajado.
• Los alumnos disfrutan de recibir los masajes, pero no interactúan entre ellos físicamente.
• El alumno M, que como ya os hemos contado en otras entradas, suele mostrar resistencia a entrar en el aula de psicomotricidad. En esta ocasión, se animó a entrar aunque no participó de forma activa en la actividad, pero el simple hecho de permanecer en la sala con ellos ya supone un avance significativo.

Evaluación de la actividad

La actividad ha sido muy positiva, ya que ha permitido que los alumnos experimenten sensaciones de calma y bienestar, algo fundamental para su autorregulación emocional. Además, ha sido una oportunidad para fortalecer el vínculo con los profesionales, lo que contribuye a crear un entorno de confianza y seguridad.

Puntos a destacar:

• La mayoría de los niños disfrutó de los masajes, mostrándose tranquilos y receptivos.
• El alumno M logró permanecer en la sala, algo que no había ocurrido en otras ocasiones.
• La interacción física entre los propios niños aún no se ha producido, pero con el tiempo y la práctica se espera que este vínculo también se fortalezca.

 Próximos pasos

De cara a futuras sesiones, nos proponemos:

1. Mantener esta actividad de forma periódica para seguir reforzando la autorregulación emocional y la conexión emocional con los alumnos.
2. Fomentar la interacción entre los propios niños, animándoles a realizar pequeños masajes a sus compañeros bajo la supervisión del adulto.
3. Continuar facilitando la participación del alumno M para que poco a poco pueda integrarse más activamente.

Con esta actividad, no solo trabajamos la calma y el bienestar, sino que también seguimos avanzando en el desarrollo emocional y social de los alumnos. Nos encanta verlos disfrutar y sentirse cómodos en un espacio que hemos creado especialmente para ellos.

Cada pequeño avance, por más pequeño que parezca, es un gran logro.

Esta ha sido la última actividad del proyecto de intervención, en la próxima entrada realizaré las reflexiones finales del proyecto.

Muchas Gracias por acompañarnos en esta bonita experiencia.

Un saludo.

Noe.

¡Hola de nuevo!

Hoy os traigo una entrada relacionada con las actividades del proyecto de intervención, pero un poco diferente, sobre la marcha ha surgido una modificación y ha resultado ser una sesión muy divertida y enriquecedora donde la expresión corporal y la imitación han sido las grandes protagonistas. Os cuento a continuación:

La actividad de hoy ha tenido dos momentos muy especiales.

En la primera parte, hemos llevado a cabo una dinámica de cuentacuentos interactivo. La historia se proyectó en la PDI (Pizarra Digital Interactiva) para hacerlo más visual y atractivo para los niños. Los personajes del cuento realizaban distintas acciones (correr, saltar, esconderse, etc.) y los niños debían imitar los gestos y movimientos. Con la ayuda de la PT y la psicopedagoga en prácticas, los gestos se repetían varias veces para facilitar la imitación.

De esta actividad, que ya estaba planificada dentro del proyecto, surgió una idea posterior. Yo soy maestra de infantil y primaria, y trabajo con una compañera que escribe cuentos de infantil, Emma Varela,  que justo acaba de publicar su último libro: “A la caza de los Reyes Magos”. (Aprovecho para recomendároslo porque es muy divertido y funciona hasta para el alumnado de primaria, da mucho juego). Así que le propuse a la directora del gabinete hacer un pequeño cuentacuentos, y fue una ocasión perfecta para compartir un momento mágico con todos los alumnos que se encontraban en el gabinete en ese momento. Emma nos leyó un fragmento del cuento, y aunque los niños del grupo de habilidades sociales no comprenden aún el relato ni el significado de la historia, compartieron espacio y tiempo con otros compañeros, algo que forma parte fundamental de su aprendizaje. Pero fue un momento muy divertido y fructífero para todos.

La intención inicial de realizar esta actividad con este grupo era que pudieran interactuar con la PDI y mover a los personajes del cuento, pero no obtuvimos el resultado esperado. Muchos de ellos no llegaron a interactuar con la PDI, pero sí imitaron a algunos de los animales de la historia, lo que es una muestra clara de participación activa. Es normal, la evolución con estos alumnos es muy lenta y los resultados se ven a largo plazo, hay días que se pueden realizar muchas cosas y otros días prácticamente nada.

Objetivos de la actividad

• Fomentar la imitación de gestos y movimientos a través de la narración de cuentos.
• Promover la participación activa de los niños en la actividad, favoreciendo la interacción con la psicopedagoga, la PT y el resto de compañeros.
• Facilitar la convivencia y la participación compartida en un espacio común con otros niños del centro.

Recursos utilizados

• Cuentos interactivos proyectados en la PDI con contenido visual y auditivo adaptado a las capacidades de los niños.
• Tarjetas visuales e imágenes con los gestos de los personajes de los cuentos para ayudar en la imitación.
• Espacio amplio para que los niños puedan moverse y realizar los gestos asociados a la historia.
• El libro “A la caza de los Reyes Magos”, escrito por Emma Varela.

Responsables

Esta actividad ha estado dinamizada por la PT y la Psicopedagoga en prácticas, quienes han apoyado a los niños en la imitación de los gestos y los han guiado en la participación de la actividad. Contamos, además, con la colaboración de la escritora Emma Varela, que hizo posible la segunda parte del cuentacuentos y la Directora del centro.

Resultados y anécdotas

El desarrollo de esta actividad ha sido muy enriquecedor, aunque también ha tenido sus pequeños retos. Si bien los alumnos no llegaron a manipular la PDI ni a mover los personajes de forma autónoma, sí participaron activamente en la imitación de los gestos de los animales del cuento. Algunos de los alumnos lograron reproducir los gestos de correr o saltar cuando se les guía de forma repetitiva.

Una de las anécdotas más entrañables de la jornada fue la reacción de los niños durante la visita de Emma Varela. Aunque al principio estaban algo inquietos, la presencia de otros niños del centro fue clave. Ver a otros niños sentados y atentos les ayudó a regular su propia conducta y compartir el espacio y el tiempo con sus compañeros. Esto es un gran logro, ya que el aprendizaje social se produce, en parte, por la observación e imitación de los otros.

Cabe destacar que la alumna S estuvo muy tranquila durante la actividad, algo que nos alegró mucho, ya que suele mostrarse más nerviosa en algunas actividades grupales. Tenía una expresión de sorpresa y atención mientras Emma leía, es una de esas imágenes que se quedan grabadas.

Evaluación de la actividad

Para evaluar la actividad, hemos valorado la participación de los niños, la imitación de gestos y su capacidad para compartir el espacio y tiempo con otros. Aunque algunos objetivos no se cumplieron al 100%, como la interacción con la PDI, los logros alcanzados son muy valiosos.

Puntos destacados de la evaluación:

• Los niños imitaron los gestos de los animales en el cuento proyectado.
• Participaron activamente en el cuentacuentos con Emma, mostrando tranquilidad y observando a los otros niños.
• Se favoreció la convivencia con otros alumnos del centro, algo que consideramos esencial para su aprendizaje social.

Próximos pasos

Para continuar trabajando estas habilidades, nos proponemos:

• Adaptar la interacción con la PDI de forma más sencilla, utilizando juegos de toques y pulsaciones.
• Reforzar la imitación de gestos con pictogramas de acciones más simples.
• Introducir más dinámicas de cuentacuentos con otros compañeros para seguir trabajando la convivencia.

¡Muchas Gracias!
Hasta la próxima entrada

Noe.

¡Hola a todos y todas!

Hoy vuelvo a nuestras entradas habituales, donde os cuento las actividades específicas del proyecto de intervención. En esta ocasión, os hablaré de una actividad musical, que ha sido muy especial y divertida para los alumnos: Explorando Instrumentos Musicales.

El objetivo principal de esta actividad es estimular la coordinación motora y la percepción auditiva a través de la música. Para ello, hemos utilizado diferentes instrumentos musicales sencillos, como tambores, xilófonos, maracas y campanas. La propuesta ha consistido en seguir una secuencia de ritmos simples, repitiendo los sonidos y patrones propuestos por los profesionales.

Los niños han explorado los instrumentos de forma libre en un primer momento, tocándolos a su antojo para familiarizarse con los sonidos. Posteriormente, hemos comenzado la dinámica de imitación, donde los profesionales realizaban una secuencia de sonidos que ellos debían reproducir. Esta actividad no solo es divertida, sino que también contribuye a su desarrollo integral. La música es una herramienta fundamental para favorecer la comunicación, las relaciones sociales y el desarrollo del comportamiento, especialmente en alumnos con TEA. Los instrumentos de percusión son especialmente beneficiosos, ya que permiten a los niños tener el control, favorecen la concentración y estimulan la autonomía.

Objetivos de la actividad

• Estimular la coordinación motora y la percepción auditiva.
• Promover la imitación de secuencias rítmicas.
• Fomentar la autonomía y la atención a través de la música.
• Potenciar la comunicación no verbal y la interacción social.

Recursos utilizados

• Instrumentos musicales sencillos: tambores, xilófonos, maracas y campanas.
• Música para crear un ambiente sonoro que facilite la atención y la conexión con la actividad.

Responsables

La actividad ha estado guiada por la PT (Pedagogía Terapéutica) y la Psicopedagoga en prácticas, quienes han dinamizado el desarrollo de la actividad, ayudando a los niños a participar de forma activa y a seguir las secuencias rítmicas.

Resultados y anécdotas

Los resultados de esta actividad han sido muy positivos. La mayoría de los niños se han mostrado muy motivados e interesados por los instrumentos. Algunos se lanzaron a tocarlos de inmediato, mientras que otros necesitaron un poco de observación antes de participar.

El desarrollo de la actividad ha ido bien, aunque no han repetido la serie de sonidos mostrados, se limitaban a tocar, y a algunos les ha costado esperar el turno para tocarlos. Pero les ha gustado mucho.

Entre las anécdotas destacadas, resaltar la curiosa reacción de algunos niños, el alumno C ha demostrado una gran preferencia por el xilófono. Desde el principio, ha estado centrado en él, golpeando con la baqueta cada nota con mucha precisión. Incluso, en algunos momentos, parecía que intentaba reproducir alguna melodía. Sin embargo, la alumna S ha tenido una experiencia un poco diferente, el sonido del tambor le asustó al principio, y mostró cierta resistencia inicial. Aunque, tras unos minutos de observación y de animación por parte de los profesionales, se animó a probarlo.

Evaluación de la actividad

Para evaluar la actividad, hemos tenido en cuenta la participación activa de los niños, su capacidad para imitar las secuencias rítmicas y la forma en que han explorado los instrumentos. Los resultados han sido satisfactorios, ya que la mayoría de los niños ha participado de forma activa. Aunque algunos no llegaron a reproducir con precisión todas las secuencias propuestas, sí se observó que seguían la dinámica de forma progresiva. Todos los datos han sido anotados en el cuaderno de la psicopedagoga.

Próximos pasos

Seguir avanzando en el desarrollo de la percepción auditiva, la coordinación y la autonomía, incorporando canciones y  otro tipo de instrumentos.

Reflexiones finales

La música tiene la capacidad de conectar con las emociones, la atención y la motivación de los niños. A través de esta actividad, hemos comprobado que, además de la estimulación sensorial y auditiva, se generan momentos de interacción social y disfrute compartido.

Esta actividad nos recuerda la importancia de introducir la música en la educación y en las intervenciones terapéuticas.

¡Hasta la próxima entrada!

Un saludo,
Noelia

¡Buenas tardes a tod@s!

Hoy voy a hacer otra vez una entrada un poco diferente. No hablaremos de ninguna actividad específica del proyecto de intervención, sino de uno de esos momentos de disfrute y juego libre que tenemos durante las sesiones. Estos instantes también son muy importantes, ya que permiten a los niños liberar energía, divertirse y, de forma natural, trabajar habilidades sociales y de motricidad.

Si hay una actividad que les encanta y les llena de alegría, sin duda es saltar en la colchoneta. Desde el primer momento en que suben, las risas no se hacen esperar. Se ríen a carcajadas mientras intentan saltar cada vez más alto, disfrutando de la sensación de rebote y la emoción de caer sobre la superficie blandita. Es un momento que transmite pura felicidad, es muy gratificante verles tan contentos.

Aunque en general saltan de forma individual, a veces empiezan a imitarse unos a otros. Si uno hace un salto grande, los demás intentan hacer lo mismo. Este juego de imitación es una forma natural de interacción social, donde aprenden unos de otros y comparten un objetivo común: pasarlo bien.

Una de las anécdotas más divertidas es cuando la alumna S decide darle un «toque extra» a la actividad. Suele coger bolas de la piscina de bolas y las mete en la colchoneta. Cuando todos empiezan a saltar, las bolas rebotan con ellos, y la escena se convierte en una especie de «tormenta de colores en movimiento». Es muy divertido ver cómo se ríen al ver las bolas saltar de un lado a otro, ¡parecen hipnotizados! Esta pequeña variación de la actividad surge de forma espontánea, pero añade un componente sensorial muy interesante que capta la atención de todos los niños.

Aunque este tiempo de juego es muy positivo y necesario, también requiere atención constante por nuestra parte. Uno de los niños, que es más mayor y tiene más fuerza, suele saltar con tanta energía que a veces desplaza al resto de compañeros de un lado a otro de la colchoneta. Por eso, estamos muy pendientes de que todos jueguen de forma segura y que ninguno se sienta incómodo o asustado. La seguridad es clave para que el momento de disfrute no se convierta en un susto.

Reflexiones finales

Estos ratos de juego libre son mucho más que un momento de «descanso» entre actividades estructuradas. A través de ellos, los niños aprenden a observar, imitar, respetar el espacio de los demás y gestionar sus propias emociones (sobre todo la emoción de la euforia que les produce saltar sin parar). Para mí, es un recordatorio de lo importante que es dejarles ser niños: reír, saltar, jugar y experimentar el mundo desde su propia perspectiva.

A veces, la enseñanza más valiosa no está en los objetivos que marcamos previamente, sino en estos pequeños momentos de alegría compartida.

¡En unos días volvemos con más entradas en el blog, esto no acaba aquí!

Un saludo,
Noelia

¡Hola a todos y todas!

Hoy volvemos con una nueva entrada sobre el desarrollo del proyecto de intervención que se está llevando a cabo en el Centro Koa León. Esta vez os contaré cómo ha sido la realización de la actividad 3, una propuesta centrada en fomentar la autonomía y el reconocimiento de las rutinas diarias.

Desarrollo de la actividad

Para esta actividad, nos trasladamos al aula, un entorno más controlado y familiar para los alumnos. La propuesta consistió en utilizar pictogramas TEACCH que representan los aspectos clave de la jornada, como quitarse el abrigo, colocarlo en la percha, entrar al aula, recoger los juguetes etc. Estos pictogramas no son algo nuevo para el alumnado, ya que los han trabajado previamente con la logopeda del centro, lo que facilitó su comprensión y ejecución. Además, también los usan para las rutinas en el cole y en sus propias casas, lo que  también contribuye a su éxito.

Los pictogramas se presentaron de forma visual y se reforzaron con canciones, cuentos y videos (A recoger, a guardar, cada cosita en su lugar) que ayudaron a interiorizar las acciones. Gracias a este apoyo, los alumnos pueden anticipar cada paso de la jornada, lo que les da seguridad y confianza en la actividad.

Objetivos

• Fomentar la autonomía de los alumnos en la realización de rutinas diarias.
• Reforzar el reconocimiento y la comprensión de los aspectos cotidianos de la jornada.
• Facilitar la anticipación de las actividades a través de apoyos visuales, lo que reduce la ansiedad y mejora la disposición del alumnado.

Recursos

• Pictogramas TEACCH que ilustran las acciones cotidianas.
• Recursos audiovisuales como canciones, cuentos y vídeos para reforzar los conceptos trabajados con los pictogramas.

Resultados y anécdotas

A diferencia de otras actividades, esta se llevó a cabo en el aula, lo que facilitó la participación de todos los alumnos, incluido el alumno M, cuya presencia suele suponer un reto. Sin embargo, en esta ocasión no se presentaron grandes dificultades, ya que el contexto era conocido para él y la actividad está integrada en su día a día. Esto nos hace reflexionar sobre la importancia del entorno en la participación y el comportamiento de los niños.

En general, la actividad fue bien recibida por el grupo. Se notó que la familiaridad con los pictogramas y las rutinas trabajadas previamente con la logopeda fue clave para su éxito. No hubo incidentes reseñables y, en esta ocasión, todos los alumnos participaron de forma activa, respetando los turnos y mostrando interés por las canciones y los vídeos.

Evaluación

El uso de pictogramas y apoyos visuales ha demostrado ser una estrategia muy eficaz para fomentar la autonomía de los alumnos. Se ha evidenciado que cuando los niños conocen la secuencia de las acciones, su ansiedad disminuye y su colaboración aumenta.

Para registrar los avances de la intervención, se han anotado las observaciones en el cuaderno de la psicopedagoga. Este registro permite analizar la evolución de cada alumno y ajustar la intervención si fuese necesario. En esta actividad, no fue preciso realizar grandes ajustes, ya que los niños ya estaban familiarizados con la metodología.

Próximos pasos

Seguiremos utilizando los pictogramas TEACCH en las próximas actividades, ya que han demostrado ser una herramienta clave para facilitar la comprensión y la autonomía de los niños. También exploraremos nuevas formas de reforzar las rutinas con apoyos audiovisuales y juegos interactivos.

¡Os seguiré informando!

Un saludo,
Noelia

¡Hola a todos!

Hoy voy a hacer una entrada diferente en el blog. No se trata de ninguna actividad específica del proyecto de intervención, sino que me gustaría compartir con vosotros algunas curiosidades sobre el grupo con el que estamos trabajando.

Como ya mencioné en el proyecto, este grupo de alumnos, debido a sus características y corta edad, tiene un nivel de atención bajo. Por lo que las sesiones se dividen en 30 min de actividad programada y 30 minutos adicionales en la sala de psicomotricidad (Ludoteca). En este espacio, los niños practican normas de convivencia y aprenden a utilizar las instalaciones y los materiales, favoreciendo su integración social y el respeto por los turnos y el espacio compartido.

Curiosidades del día a día

En la sala de psicomotricidad los alumnos pueden  disfrutar de diferentes actividades libres, en este caso vamos hablar de la piscina de bolas y de un pequeño circuito de agilidad donde practican psicomotricidad, saltando y pasando de un lado a otro. Sin embargo, en estas actividades, no interactúan mucho entre ellos, aunque siempre intentamos fomentar la comunicación y el trabajo en equipo.

Una de las cosas que más llama la atención es el comportamiento del alumno A. Él es muy meticuloso con todo lo que hace. Por ejemplo, para entrar en el aula, es obligatorio que se quiten los zapatos. Mientras que los demás alumnos dejan sus zapatillas tiradas por ahí, el alumno A siempre deja las suyas perfectamente colocadas. Si no quedan bien colocadas, se niega a entrar en el aula hasta que todo esté en orden. Esta rutina de orden y organización es muy importante para él, y demuestra cómo las pequeñas acciones cotidianas también son parte de su proceso de aprendizaje y adaptación.

Reflexión final

Estas pequeñas observaciones nos muestran lo importante que es entender y respetar las particularidades de cada niño en el aula. Aunque, en apariencia, estas conductas puedan parecer insignificantes, en realidad reflejan sus necesidades y su manera de interactuar con el mundo. Siguiendo este enfoque, seguimos adaptando el espacio y las actividades para fomentar su integración social y el respeto por los demás.

¡Nos vemos pronto!

Un saludo,
Noelia

¡Hola a todos! ¡Buenos días!

Hoy os traigo una nueva actualización sobre la evolución del proyecto de intervención en el taller de habilidades sociales. En esta ocasión, vamos a hablar de la Actividad 2, diseñada con el objetivo de trabajar el respeto por los turnos en las actividades grupales.

Desarrollo de la actividad

En esta actividad, nos sentamos en semicírculo sobre la colchoneta. El profesional inicia el turno de pasar la pelota a un alumno, quien debe replicar la acción pasando la pelota a otro compañero, respetando el turno de cada uno. Se utilizaron señales visuales y auditivas, como gestos y sonidos, para ayudar a los alumnos a comprender cuándo era su turno de participar y para reforzar la idea de cooperación.

Objetivo:
Desarrollar la habilidad de esperar y respetar los turnos en actividades grupales.

Recursos:

• Pelotas de diferentes colores.
• Apoyos visuales y gestuales para captar la atención y ayudar a la comprensión de los turnos.

Responsables:
PT y psicopedagoga en prácticas.

Resultados y anécdotas

Esta actividad nos costó un poco más de lo esperado. Empezamos con dificultades para que todos se sentaran correctamente en el semicírculo, lo que retrasó el inicio. Durante la actividad, la pelota se pasó pocas veces entre los alumnos, algunos la lanzaban contra la pared o, en su lugar, salían corriendo tras intentar cogerla.

Un aspecto curioso fue el comportamiento de la alumna S, quien siempre elegía las pelotas del mismo color. Si veía pelotas de colores diferentes, se ponía nerviosa, las tiraba al suelo y se mostraba incómoda con la variedad.

Además, en esta ocasión, coincidimos con el alumno P, un niño de 4 años con síndrome de Down. Aunque no forma parte de este grupo, a veces coincidimos en la misma sala con él, ya que es un espacio grande y de usos múltiples. El alumno P tiene conductas de escupir y, a veces, intenta pegar a sus compañeros, por lo que debemos estar muy atentos para asegurar la seguridad de todos.

 Evaluación de la intervención

Aunque la actividad fue un reto, especialmente debido a las dificultades para respetar los turnos y las conductas de algunos niños, pudimos observar que los niños reaccionaban positivamente a las señales visuales y auditivas. Los registros de las respuestas y el comportamiento se anotan en el cuaderno de la psicopedagoga, lo que nos ayudará a tomar decisiones para ajustar la intervención en futuras sesiones.

Próximos pasos

Para las próximas sesiones, seguiremos reforzando el respeto por los turnos con actividades similares, pero adaptando las dinámicas para hacerlas más accesibles a los alumnos, como reducir la cantidad de pelotas o introducir más apoyos visuales y gestuales. Seguiremos vigilando de cerca las interacciones y el comportamiento de todos, prestando especial atención a las necesidades de cada niño para seguir avanzando en el taller.

¡Os mantendré informados de los avances en el próximo blog!

Que tengáis un bonito día.

Un saludo,
Noelia

¡Buenos noches compañeros y compañeras!

Hoy os traigo una nueva actualización sobre el proyecto de intervención en el taller de habilidades sociales en el Centro KOA León. Hemos realizado la primera actividad diseñada específicamente para trabajar la identificación y expresión emocional.

Desarrollo de la actividad

Nos sentamos en semicírculo en la alfombra del aula, creando un ambiente acogedor y sin distracciones. En el centro colocamos tarjetas con expresiones faciales que representan emociones básicas como felicidad, tristeza, sorpresa y miedo. La actividad consiste en que el alumnado represente la emoción de la tarjeta correspondiente.

Objetivo
Mejorar las habilidades de identificación y expresión emocional.

Recursos

Tarjetas con expresiones faciales.

Responsables
PT y psicopedagoga en prácticas.

Resultados y anécdotas

La actividad fue satisfactoria, ya que estos alumnos funcionan por imitación y les encanta reírse. Aunque no fueron capaces de interpretar todas las emociones, ni con ayuda, sorpresa y miedo se les resistía.  Además, al no estar presente el alumno M, la actividad fluyó de manera más tranquila y efectiva.

Evidentemente, está actividad no es la primera vez que se hace, en las sesiones individuales con la Pt, trabajan las emociones con tarjetas, videos, y el juego de Mr Potato que les encanta.

Como anécdota, indicar que me encanta verlos reír, ya que a veces tienen momentos muy complicados. Y un momento destacable fue cuando el alumno A, con su dulce sonrisa, comenzó a imitar las expresiones de manera espontánea. Su risa es contagiosa y crea un ambiente de paz que refuerza la sensación de estar haciendo un buen trabajo.

Evaluación de la intervención

Los registros de esta actividad se han anotado en mi cuaderno de psicopedagoga, lo que nos permitirá analizar la evolución de cada alumno y ajustar las próximas sesiones según sus necesidades.

Próximos pasos

Seguiremos reforzando estas habilidades emocionales con actividades que mantengan su interés y motivación. Es gratificante ver cómo poco a poco se sienten más seguros y participan activamente.

¡Os mantendré informados sobre los avances!

Un saludo,
Noelia.